Un corazón que no tiene universo se abre entre las piernas de una estrella. No puede pensar hacia atrás.
Columnas transmisoras de recuerdos bajan a la realidad.
Y el silencio es una cáscara de piel en los sedimentos de la soledad.
- La noche, ese peregrino en el alba de los mundos, me dijo Lesamieron.
En el interior de la nave, la sensibilidad respiraba cristales de magia arañada.
No tenía dudas: el infinito son las terminaciones de una mente que no cesa de pasar por el espejo.
Nada en la cabellera de los momentos.
Solo la memoria de un pájaro girando azul, en sus huesos.
Y los extraterrestres...
- Lesamieron, el PARAÍSO de GLIBAÚN
Y en el centro-madre apareció la historia.
Eran las ruinas de la hierba, esas que empujaban al alma vientre adentro.