domingo, 2 de enero de 2011

CONTACTO.

La distancia que se abre entre la estatua y la sangre se unió a un graznido de colores.

Nadie escuchó que la ausencia tocaba la muerte del otoño con el viento y sus patadas de aire.

La voz es un ovni aferrado al sonido cuando bracea.

Hay góndolas en las caderas de los grises.

Pero yo, soy una ventana en los poros de su epidermis.

Y miro al cielo.

Acampan las estrellas que dentro de sus máscaras sollozan entre flores. Sorben y respiran hendiduras de dulzura.

La poesía se agacha.


Es un velo flotante. El extraterrestre la mira.


Viene a beber y sonríe.


Abajo, los pueblos son dados frente a un pedazo de mar.


- ¿ Me amas como la lluvia en tu música ?


Y aquél ser se asfixió dentro de la pared.