domingo, 13 de febrero de 2011

PEZONES DE FRAMBUESA.

- Lo finito no existe. Siempre hay un "todo". Y en caso de que no hubiese más que la nada... esa nada sería el "todo".
Y la lluvia se filtró por los nervios. El pensamiento los saludaba.
Cuando la Tierra fue habitada por la opacidad de una mente sin ideas, no había sombras. Los árboles eran transparentes. Caían sobre líquidos sutíles.
El dolor estaba vidriado por el amor.
Los corazones eran como hojas pequeñas. Con luz propia. Centelleantes y breves. 
Muchos sonidos vivían eternamente rígidos. Como desgajados de los gestos.
Todo movimiento en la mirada cambiaba el sentimiento interior .
El sexo quebraba, en placas, al placer del movimiento.
Cada olor se partía. Se recreaba en dos cuerpos animados.

Lesamieron vió caer copos de fuego helado.

Yo era uno de ellos.