Desciende la lluvia en sus hilos azules, los hombres se deslizan por las rutas del sonido, es un tejido pensante, que camina entre sistemas estelares, entre las órbitas de rumbos planetarios, es un vehículo perdido en la noche, en un torrente de cristal, es la Vía Láctea, con sus migraciones de inteligencia universal, inmovilizando palabras, que circulan, comprimidas, en nuestra mente, las flores devuelven la vida que aún no logra determinarse en el espacio, hay una residencia de oscilaciones en fase para el acoplamiento de la apertura en nuestra senda infinita, un árbol de caoba destila sangre insertado en un trueno, dentro del programa Ein-Soph gime el estremecimiento adicional para la creación de universos múltiples, una existencia deja la simiente con su boca de aire imaginario, alguien se saca los pantalones y se sube a una silla, se quiere suicidar, tiene ganas de romper algo... pero su cuerpo le da rabia, una columna de luz absorbe radiaciones, se agita otra realidad que se desgrana para nacer de nuevo, Lesamieron descubre un músculo que apaga la luz sobre sus manchas, lo amamanta por andar sobre el movimiento de nuevos sentimientos ácidos que se coagulan en envolturas de levedad gravitacional, en las láminas de los planetas que actúan como cubiertas lumínicas descubro tus pezones, se rompen, es por la falta del aliento afectivo en el color íntimo de mis recuerdos, nuevas zonas de tiempo se energizan para que la conciencia ascienda, hay un cuerpo reventado sobre las elipsoides alargadas de la hemoglobina central, no quedó más que el miedo en la alegría cerrada de sus ojos, el vuelo del soplo en la hierba lo amaba, se apagaba como una luz en su boca, crecía después, y salía, como un vientre fino desde sí mismo, dos estructuras evolutivas se hunden en una tela ahuecada por la pintura, un búho nace, es el huevo del silencio en mis ojos.