miércoles, 19 de enero de 2011

BRILLOS.

Un caballo engulle la noche. Un astrólogo llora al descubrir el lugar donde su flauta canta. El silencio cree que alguna cosa nos hace vivir.
Un sismo se ahoga, pintado de cal.
- El amor me engaña en su hendidura.
Lesamieron se abrió el vestido para que sus palabras me cubrieran de música.
La azucena fue un campanario que cayó dentro de mi.
Un ladrillo se amaba sin principio ni fin al atardecer.
Las charlas repartían amor en sus discusiones.
- Soma, no somos ni un "es" ni un "estoy"...
Mi alma rasgó su cola despojándose de sus hojas de algodón.
- ¿ Cómo vivir la vida en una esponja húmeda, pero disfrazado de sala de espera ?
Secreto...
Lesamieron ya no "estaba".


Pero un campo nevado, en mi cerebro, me acarició.