viernes, 14 de enero de 2011

TÓTEM.

Los ángeles suministraban ecos calientes. La música estaba arriba, entre brotes gélidos. El espíritu expulsaba sobre mí su baba. Arrastraba su deseo por témpanos hechos de corazón. Lesamieron era otra antorcha ligada a la realidad.
- Al abismo le crecen raíces diminutas de viento.
Y la carne se hizo crujiente. Caía y su estruendo era el del hielo. La cara de los seres era de agua verde. Destilada. Sus voces bebían hasta que la noche se tragaba a sus astros de algodón. Un poema se arrancaba su ojo mental erizado en un flujo de sangre.
Entonces, el silencio podía respirar en su sexo saqueado.
- La belleza es el ardor de un aerolito que cae enamorado...
Y comprendí. Comprendí que los colores nunca vienen a nosotros. Ellos son nuestras dudas. Para el Creador, la vida es un proverbio. Sólo basta que una letra oscura se hunda para que el amor sea un orificio sin cercos.

La boca de Soma nació cuando el tiempo no iba a ser meztizado.