sábado, 12 de marzo de 2011

LYS.

- Si uno pudiese al menos lamerle la carne al desplazamiento de un sueño...
Soma se ahorcó en una palabra. Breve y larga, era una planta que sentía en sí misma como se desplazaba el pensamiento.
- Es la muerte, bebí.
Diáfanas, sus hojas estaban cubiertas por tres o cuatro líneas de tierra que parpadeaban en silencio.
Las púas sintieron la brisa de sus cicatrices. Sonámbulas, se aplastaban como el sexo del cosmos en las cortezas de un crepúsculo polvoriento.
Una boca, oscura de amor, ladraba hacia afuera.
Lesamieron trenzaba sueños voluminosos desde un nido. La humedad era la unión de todo atributo, masculino o femenino.
- Morir es poco afinamiento para demasiadas soledades.
Un río se volcó en el recuerdo de un agujero que presentía.
La vida violaba de esmaltes a una niña de seda. Pintaba sus frutos mientrás la oía.
Y la nieve desbordó una idea inerte.
Entonces, introduje el dedo en el pulso exacto de una grieta.
Y sentí lo cotidiano.