lunes, 28 de noviembre de 2011

PETRIFÍCAME.

Una idea bebía del gran jarrón del tiempo. El espacio despeñaba a una pirámide hecha con auroras en su cascada de cenizas.
La idea ofreció entonces su esencia a los fenónemos del cosmos.
El apego llegó, comprimido por el viento.

- La historia del género humano y el amontonamiento de los sucesos en el firmamento son la forma que tiene mi cuerpo, dijo una creencia.

( El universo son sólo letras en las que leer al hombre ).

Y el "Arte" amó esta idea.
- Me llamo "Arte". Y Puedo ser un rayo de luz que agujerea una tempestad sin ser por ello desfigurado...

Y la idea se hizo persona. Y siguió los pasos perdidos de su amado "Arte". Y ambos se perdieron en el territorio "del nada por qué hablar". Allí, donde los frutos de aire caían de eucaliptos de oro, la personalidad fijó sus pensamientos y sus penas se esparcieron transformadas en fenómenos hechos con  corcho.

- ¿ Crees que yo te escribo, "Arte" ?

Mi poesía. Mis granates, hechos de cuernos de coral.
Mis letras de selva virgen.
Mi escalera, esa de serpientes azules sujetas en un pensamiento.

Lesamieron rozó el teclado de mi imaginación en el dorso  de un cisne.
- Necesito no olvidar a mi fantasía en la estación de trenes.

Un genio abría su gaveta de jabón.