lunes, 6 de agosto de 2012

LA MUJER QUE SE PONÍA UN TRAJE DE CENIZA PARA DESAPARECER EN UNA OLA QUE LA ARRASTRABA DESDE UNA AUSENCIA A OTRA.

Las hembras se ponen el agua a modo de un collar alrededor de la garganta. El Creador se despoja de una personalidad aún no constituida. Sin el espacio-tiempo, no se filtran los gritos de la materia.
Un beso desemboca rodando en el calor. Después se abre.

- Era muy sencillo, tú y yo teníamos simplemente que amarnos.

En la difusión de luz para la distorsión de eras y ciclos vehículares el oro atravesaba los espectros codificados desde los mundos inferiores. 

Lesamieron emite la señal que ella pidió para soñarlo. 
Su ilusión se escucha como ramas quemadas desde la bóveda celeste.

La ausencia se muere de miedo. Tiene frio. Un hálito salino la rodea. La llena de olas. Desde la cima de las islas, una procesión de reyes huele a hierba de lluvia.
- Si te muerdes los labios llevarás mis poemas para que se levanten como hilos a orillas de tu océano. 

En un proceso de rotación de su estructura magnética, tu querer amarra el movimiento al centro del núcleo de mi atómo.

- Déjame sumergido en tu memoria, pero con una llave para que pueda abrir la puerta más cerrada de tu sombra.
- No puedo maguito, tu traición aún resbala sobre mis piedras perdidas.

Es bello untarse el cuerpo con el moho de una estrella olvidada.

Hay entidades unitarias que descargan el núcleo central de sus acciones acoplantes. En Orión, las raíces cantan comiéndose espinas de azúcar.

- Devuélveme el tronco seco que amontonas cada vez que te nombro.
Alguién escoje arañas con sotana de entre la blanquecina memoria vertical, inmóvil, de tu abandono.