El tiempo se interna en mi edad, por dentro, hecho de agua profunda, el fluido de vida de mi sistema estelar individual codifica su ADN contrastando los campos del magnetismo hidrodinámico con el retorno al origen metamaterial dentro de mi célula de tiempo consciente, la inocencia entra, entonces, vestida de negro, huele a nieve, usa una interrogante que me pide que vaya y la bese en su morada, el aire se estremece, en su forma visible está loco, el mundo físico hace entonces un ruido espantoso, un hielo sangra porque le han cercenado una vena, el vacío canta, descubre miedos hundidos en un trozo de humo de río, el dolor se aferra al vestido de una niña, ella lo divide en dos, se miran los tres, se tragan ascendiendo hacia el sol, un cerebro recibe geometrías ideográficas, sus sonidos son aprisionados, se invierten, ella busca allí los pasos perdidos de mi silencio, cuelga en ellos todo su mundo vítreo, Lesamieron sale por un ladrido de perro, recupera su pasado perdido, después, apaga la luz pegajosa que surge de mi boca, hoy emergen flores de los rayos de luz en los faroles, de la mano de una muñeca brotan los colores originales de su imagen retinal, surgen manchas en la cola de un pretexto sin meridianos, la esperanza se troca en fusión, se come los sueños antes de que se resbalen, se abre su almacenamiento cerebral, se contorsionan voces maduras, pesadas, pegadas a una caricia, una constelación de estrellas de aceite sintetizan su nivel de realidad, corceles de platino recitan un poema mientras se tocan el sexo con una pluma, un barco se llena de caricias, flota en un mar de aceitunas negras, un intercambio de luz se hace materia calibrado por centros asimétricos en una estructura cristalina con estado energético alterno, llega una hechicera y se hace novia del pensamiento de un pájaro que se torna paisaje envuelto en mi ruina.