lunes, 10 de diciembre de 2012

EL DÍA EN QUE EL AIRE SE LLENÓ DE OVARIOS QUE SE DIVIDÍAN EN DOS DENTRO DE BOLSAS DE FUEGO QUE FUERON RECHAZADAS POR LAS ALAS DE UNA SONRISA.

- Todos los sueños ocultos de tu identidad física, son liberados a través de tu Ser Superior que estimula, instantáneamente, la memoria de los mundos materiales distribuídos en tiempos/energía...

Cuando la nave lanzó esas puntadas secas sobre mi mente, una sensación ácida, como de arroyos blancos esparcidos en sonidos de vidrio frágil, me hizo notar que mis labios estaban fríos.

Fuí abducido. Un campanario manchado de humo, viento y señales de lluvia, me tendió una suerte de fatiga en los movimientos, desde la más simple tensión muscular, hasta los jardines de mis lunas neuronales. En mis ojos, tan mudos como lilas alrededor de las frutas de mi floresta, pero localizados probablemente en mi piel, la realidad de la ruptura interna de las placas de calor que presionaban mis células, se hizo patente. Cientos de miles se aminoácidos se combinaron, deteniéndose en el percibir de un aleteo constante con olor a ciruela. Allí, mis hermanos, usados por el código ADN, descorporizaron la realidad en su vehículo de acción para la regeneración de la creación física.

Hay un sentimiento saliéndose de unas lágrimas cuyo vértigo entra soplando en el aliento de una "inconsciencia-emperatriz" de alma pálida.
Una palabra maquilla con ceniza mis pulmones.
El mes de noviembre se enrreda con el 20 de un escenario sin principio ni fín que pulsa los resortes más habituales de un espíritu que se troca en un trueno largo sobre el barranco húmedo del año 59.

Cuando algo se parte, en su medio, se estiran cabezas de ruido: ellas son el hueco que emerge de las plantas más gélidas.