Entidades en la red del cuerpo Adámico ayudan a las envolturas de inteligencia que se trasladan entre los rangos del recubrimiento de los signos pro y anti vastedad que operan sobre la evolución anímica a graduar sus propias matrices en el entendido que el vacío es una compulsión de estructura musical decreciente en las formas pensamiento del inconsciente cuando dos fuegos oscuros se confunden en lo lejano del anhelo que gira en torno a los vapores que se acoplan y sincronizan alrededor de las armónicas cromáticas desuniendo los diferentes factores del país negro de los vértigos en la dimensión del lazo de la pasión humana que es como un nudo de soplo que se acopla en la Shejiná transformativa de las unidades básicas humanas hacia fuera del centro cero en el punto del corazón como si fuese un ciclo de renovación sobre las zonas de un llanto fresco donde son desatados los vestidos de seda mojados en la sangre tibia ceñida al calor húmedo de los dolores cuando se sale de las piedras una neblina que estremece la partida de su voluntad desde las astillas de una expansión planetaria hecha lágrima sobre el cauce de los cielos inferiores en pictografías de apariciones múltiples fijadas tras las intersecciones de los fenómenos extintos en luces blancas que son el vals alrededor de la discordia de una realidad sumergida para retornar a las aspas del recuerdo que sale ardiendo por el filtro asesinado de un ojo que se creía el espeso perfume del amor huido del brumoso saco que ha dejado el silbido de una traición segmentada en el valle de los hipos sobre un ego que no ha recuperado todavía al aire de la tarde sin fragmentar que ha salido por una puerta sin brazaletes hecha de la brisa bermeja en la mordedura labial de tus besos bajo el río de palpitaciones de acero del sexo junto a la quemadura de los satélites de mi espíritu planetoide.