Hay distorsiones de tiempo en los vortex dimensionales de luz que viajan a otros mundos desde los controles de Orión en conjunción con Betelgeuse y a través de la estación de programas para la evolución orgánica de Rigel que son los que provocan abducciones humanas en la longitud de onda donde opera el alma encarnada que encierra a los pájaros de la mente en jaulas que están nevadas por peñascos neuronales recogidos por una mano de memorias que se oculta en la doble vida de las moscas de colores que ven gritar serpientes que maman sobre el pecho de unas muñecas creadas con el rumor de las sacudidas en el cuello de un cisne que se pudre creyéndose el padre de las piedras que sonríen y no saben de donde vienen ni adonde van tan empotradas en la foto de un libro lleno de enfermedades que fue escrito cuando las puntas focales para energizar mis ideas giraron en el nimbo de tu corazón de gata y Lesamieron acudió en una de sus etapas de energía lumínica a mostrarme las galaxias como sueños angulares de luz que se unifican en los recipientes de conciencia de la multi-evolución comisionada para entrar en la presencia de las ruedas de la ley con sus células de espacio/tiempo donde un pseudónimo llenaba el mar con un vaso de pensamientos que se tienden frente a olas que iluminan sus cigarros con ideas que se cristalizan en una claridad de hielo cuyo halo se desnuda en el agua que deja una ráfaga de viento que sueña maquillarse con mermelada la rotación de sus mundos que flotan como cartas de aire llenas de rostros doblados que han llegado desde mundos de perfección no evolutiva cuyas re-programaciones extraterrestres para el lenguaje de un conocimiento espiritual trasplantado y recién nacido en el volumen sostenga algún triángulo de periferias en el umbral del sonido de los espejos más salinos del insomnio que ascienda como humo hacia la leche azul que se caiga desde un arco iris de hierro.
