En otro plano, espiritual, mis juicios son sólo colores, la tristeza, el esqueleto de un poeta, Jerútron guarda los antecedentes de mis almas primitivas en la nebulosa de Yandronovar, allí son como plumas que caen desde un manzano y oscurecen las aguas, se duermen, tendidas sobre la punta de todos los destinos, mi "yo" es entonces la espuma que mana en un relámpago, y mi carne son los gritos en espera durante miles de millones de años, se abre el aroma de la brisa, hay un esquimal que monta un caballito de plata sobre mis palabras, un Organizador de Materialidades de Udersvorsa me hace un segmento en la curva de las caderas que más amo, Lesamieron diseca los pliegues de la paz en la alegría, en la constelación de Odránover el cuerpo número 268.796.033 bebe agua invisible en la ropa de un triángulo que llama, sin ser respondido, a la ausencia de las flores, todos los ángulos son rectos en la substancia del movimiento que pía desde un nido de recientes ilusiones, en el cosmos un astrónomo despierta en la rotura por donde silba su rosa, nadie lo fija al paraíso y la apariencia se lo bebe, la nostalgia de lo que amo es mirar tu miel gastada, la muerte arranca entonces mi ojo mental desde sus várices erizadas, un grupo de satélites juegan susurrando, luego caen como hojas oscuras en la vida que les dio mi pecho, la culpa se desnuda, ahora es el hada de un beso de inviernos, la ternura toma forma helicoidal, crece como una cúpula gemela frente al mar, me voy a ensuciar con el volumen azul en las gotas de su nave, estoy entrando en una pregunta que ellos me han susurrado desde el nacimiento del mundo, en la piedra se entreabre mi rostro grabado, ella lo devora con sus labios, luego llueve, y su nombre está en las grutas, desde ahí un insecto se repite en mi olvido, soy yo que descifro la ventana rota que dejé en las colinas, como una isla en el abdómen.
