miércoles, 18 de diciembre de 2013

EL SEXO QUE CRECIÓ EN LA TERNURA DE UNA VOZ LEJANA QUE UN PAÑUELO CUBRÍA EN EL CEREBRO AHUECADO DE UN PÁJARO.

La estrella que se arrastra por los codos origina dos ruidos relacionados entre sí que alcanzan una fuerza enorme pero pierden sangre desde sus venas cuando las flores absorben en silencio todas las realidades físicas que están danzando metidas en una sílaba por donde la piel de la monotonía acaricia a una novia que sólo sabe decir "bonsoir messieur" antes de hacer el amor conmigo porque intuye que su interioridad no es más que un abrigo para los músculos débiles de cualquier utópico portátil con instantaneismo en sus pulsaciones venido desde un universo creado por el anti espacio-tiempo de circuitos domiciliados en el no-origen humano que usa el silencio manual para sordos que lean verticalmente lo horizontal de las rutas vacías de su intelecto cuando ocupen el quinto aniversario de su propia desaparición simulando tener un constante ajetreo tras los gestos de una crisis nerviosa que juega al ajedrez sobre los labios olvidados de cualquier atardecer que ordene a su cochero meter todas las ideas de la Tierra en una funda para después promulgar que el fin de toda naturaleza fue el hombre y que el propio final humano fue su propia individualidad que se extinguió en una explosión de pan encima del rostro de una tristeza arrugada que rezaba cargando su propia fatiga espiritual en la imagen sin ley de un anti movimiento que llegó a ser lo que es por ir por donde fue al saber que toda enfermedad viene de la prohibición de ser lo que se es cuando la risa se hiere localizada en las orejas de un conejo que lloraba porque una mosca iba a morir mientras que una mujer en cuclillas rompía la vajilla que le regaló su marido cuando éste se transfiguró en un poema químico estático al descorporizar la realidad como lo hizo ese otro símbolo suicidado que representaba un bloque de apartamentos de lujo que lentamente llegó a ser una cucaracha en misión de servicio espacial en otros oscuros mundos marginales enyesados en sus nieves cálidas.