Una emoción se calienta frente al espejo con los gases que emergen de su sentimiento, el olor de la fe tiene el sexo con arrugas, la carne toca la vida y chilla una perla que pulsa en las rutas de humo de las flores, tu cerebro está en la idea de tu cerebro, el amor rodea con sus piernas la corteza de los árboles, la porcelana muerde músculos ausentes al interior del horizonte, la nitidez hierve en la parte grasa del viento, hace muchísimo calor en el espacio que hay en el ruido, lo que nadie comenzó es la ola incolora del tiempo, el mejor lugar para huirse es una raíz de soledad metida en el nido de un soplo, la conciencia es una cara de belleza rígida, el alma se curva al engendrar una luz que coincida con la intersección de su tiniebla, la nada se hace esposa en el punto de un mito, en cada noche de bodas escarban nuevas noches diminutas, un loco cree que su oreja es la amante de un ministro que arrastra los pies, el aire parte a la conquista del cero oculto bajo un diluvio de sangre, deseaba copular con un punto preciso metido en los residuos de su orgasmo, una aguja señala un trocito de tic tac que respira por un punto de aire, mi pulsación se lleva las aguas de mi nombre para después despertarlas rotando sobre el eje de una conversación entre dos aspirinas con ojos azules, ahora nado en el estanque de un lugar para cuerpos poéticos, el sonido de la tristeza despierta donde se duerme la muerte, una palabra se descalza cada vez que se pasa la lengua sobre un sobre que se cierra, cada día que se escribe un poema que no se lee pierde sus plumas algún pájaro, en la cabeza de la ternura hay más de cien metros de mí que eres tú, la hermosura se hizo corta cuando la sensibilidad y el ombligo se acostaron cortándose con el rocío, una viajera que estaba enamorada de un pensamiento inmóvil lo mojó en el sabor de una voz que descansaba sobre una lágrima fatigada, el espacio decidió cerrar el grifo de su pensamiento mientras transpiraba silencios a través de su peso.
